Borges, ardiente caminante de las calles y de los lugares de Buenos Aires no quiso dejar de lado a la plaza San Martín ubicada en Retiro a la hora de homenajearlos en su obra poética, y es por eso que, en 1928, en el libro "Cuaderno San Martín" le escribio este poema que se llama
LA PLAZA SAN MARTÍN
A Macedonio Fernández
En busca de la tarde
fui apurando en vano las calles.
Ya estaban los zaguanes entorpecidos de sombra.
Con fino bruñimiento de caoba
la tarde entera se había remansado en la plaza,
serena y sazonada,
bienhechora y sutil como una lámpara,
clara como una frente,
grave como un ademán de hombre enlutado.
Todo sentir se aquieta
bajo la absolución de los árboles
—jacarandás, acacias—
cuyas piadosas curvas
atenúan la rigidez de la imposible estatua
y en cuya red se exalta
la gloria de las luces equidistantes
del leve azul y de la tierra rojiza.
¡Qué bien se ve la tarde
desde el fácil sosiego de los bancos!
Abajo
el puerto anhela latitudes lejanas
y la honda plaza igualadora de almas
se abre como la muerte, como el sueño.
Como aporte a el poema aquí está la plaza San Martín, ubicada en el mapa satelital
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La flecha del tiempo
Hace 4 meses
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