domingo, 4 de julio de 2010

Otro Borges, otra ciudad



Serrano, Bulnes, Quintana, Pueyrredon, México, Garay, Plaza San Martín, Cafe Tortoni, Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga...Todos estos lugares siempre son nombrados cuando se quiere hacer referencia a la relación partícular entre Borges y Buenos Aires. Contados ensayos refieren y mezclan en todos esos datos los lugares nombrados en la ficción junto con los lugares que el mismo J.L.B visitaba durante su vida en la ciudad. Sin embargo, a medida que leo y releo los lugares que se nombran esta esa particularidad que se repite en la gran mayoría de los textos. La mezcla entre su obra y su vida. Como si los Borges que aparecieran fueran el mismo.
El objetivo de esta entrada es la de tomar a cuatro textos que hagan referencia a Borges y a Buenos Aires. El corpus estará compuesto por "Borges y Buenos Aires" de Rolando Costa Pizano, publicado en el número 5 de Prisma en el año de 2008; "Buenos Aires por los caminos de Borges" de Martín Zubieta publicado en el sitio La Ventana en mayo de 2002; "La entraña de mi alma" de Pablo de Santis, publicado en la revista Viva en febrero de este año 2010 y "El Buenos Aires que Borges amó" de María Esther Vázquez del 10 de junio de 2006 en la revista de cultura Ñ.
Vayamos uno a uno:
Costa Pizano, tomando acaso aquel precepto de James Joyce en donde decía que todas las obras de un escritor forman parte de una misma obra integradora, reduce todos esos lugares que Borges ha nombrado o escrito o andado como parte de una misma obra. Piensa que la escencia borgeana que encontramos en los grandes poemas que escribiera en la vejez tiene sus primeras apariciones en "Fervor de Buenos Aires", es decir en el primer libro que escribiera. Quizas aca no es importante lo que Pizano detalla en el ensayo referido pues hace una disección de versos o de líneas escritas que muestran un Borges maduro en sus primeros textos (cosa que pongo en duda)pero lo que destaco es ese uso de lugares reales y de lugares usados para la ficción como parte de una obra y no de una vida. Mezclar los tantos es entender mal ese uso de la ciudad en los libros de Borges. No hay una diferenciación entre una y otra, cosa que creo necesario difierenciar no solo en él sino también en el respetadísimo escritor Pablo de Santis.
En su texto habla de dos ciudades alternadas de Borges: Una, "la de amores contrariados (las esperas en esquinas y confiterías de un Borges siempre enamorado)" y otra, "la ciudad de las caminatas y la amistad." Habla de la vindicación que Borges le ha dado a Palermo toda la vida. Cito: "A Borges se lo celebra sobre todo en Palermo, donde Serrano usurpa, por algunas cuadras, su nombre. Hay varias razones para esta insistencia: allé vivió su familia a partir de 1901, en Serrano 2135; y él mismo enumeró las calles de su manzana en un poema famoso y le cantó a los compadritos que abundaban en las orillas del arroyo Maldonado (que hoy corre secreto, bajo la avenida Juan B. Justo)". En esta cita esta parte de esa escencia porteña que de Santis cree encontrar en la obra y en la vida de Borges. Cuestión que nadie duda ni cuestiona pero que a mi parecer no se debe mezclar. Sigue nombrando y mezclando lugares llegando a usar a veces ejercicios estilísticos al estilo de Borges (ejercicio que no se si habré copiado involuntariamente en este blog en algún momento): "Otros sitios que aparecen en su vida y en su obra: el zoológico de Palermo, donde conoció a los repetidos tigres; la confitería La Perla del Once, donde se reunía con Macedonio Fernández, y donde planearon una novela colectiva e infinita; la Recoleta, que representaba la pudorosa muerte criolla frente a la muerte gringa, que era la Chcarita (...); la Plaza San Martín, tan cerca de su departamento de la calle Maipú, donde vivió más de cuarenta años junto a su madre, Leonor Acevedo. Hasta allí llegaban (recuerda María Esther Vázquez) las campanadas de la Torre de los Ingleses (hoy Torre Monumental, joya de plaza Fuerza Aérea Argentina) que agobiaban su insomnio". El recurso de la letanía larga, el uso de palabras típicas del acento de Borges (repetidos tigres, insomnio, numerosas, infatigable...)ven en de Santis como una especie de intermediario para dejar ilustrar la voz de nuestro escritor. Nuevamente creo que la empresa requerida (palabra borgeana, lo sé) ha sido infructuosa.
Martín Zubieta incurre en los mismos lugares comunes. Toma ese precioso soneto titulado "Buenos Aires, 1899" como ejemplo. Pero lo mas caracteristico (más alla de esos lugares comunes) de este texto es que dice que a Borges lo fascinó la vida del compadrito para luego armar una "mitología barrial" de "guapos,orilleros, esquinas y rincones(...)". Hay que recordar que cuando Borges llega nuevamente a Buenos Aires tras pasar parte de su adolescencia en la ciudad de Ginebra, venía de leer en Europa todas las mitologías nórdicas y anglosajonas. El símbolo del valor que encontró en Buenos Aires que se asemejaba al de esas mitologías eran justamente los compadritos o cuchilleros que miraba desde las balustradas de su casa en Palermo. Borges no mira a los cuchilleros con los ojos de asombro sino que los mira con ojos concretos de turista, o mejor dicho, con ojos de literatura. Por eso, esa temprana fascinación vislumbrada sobretodo en esos primeros libros que Borges quiso reeditar.
María Esther Vázquez, por ultimo y para decirlo en breves palabras, es la única que entiende la diferencia entre el Borges de la literatura y el Borges real. En su texto refiere varias anécdotas que vivió al lado de él en la ciudad. Salvo una mínima mención al "primer puente de Constitución" que reifere en "Mateo XXV, 30", el resto de la nota infiere en esa costumbre de J.L.B de hacer largas caminatas en la ciudad. Comienza con una referencia a esas calles que habla en esos primeros poemas, luego ensaya una breve historia del barrio de Palermo para luego adentrarse en los distintos lugares que acostumbraba Borges en diversas tareas como por ejemplo en la época en que realizaba las pegatinas para la revista-mural Prisma, hacia 1922. Dice Vázquez: "Empezaban por Santa Fe, frente a la Plaza San Martín, hasta Callao, y seguían pegando cada diez metros hacia el sur por Entre Ríosy, al llegar al México, doblaban a la izquierda y su viaje terminaba en el número 564, donde brillaba la chapa de bronce de la antigua Biblioteca Nacional, que treinta y tantos años después sería el reino laberíntico de Borges".
El texto se centra sobre todo en las largas caminatas que nuestro escritor ha realizado a lo largo de cuatro décadas. Este texto toma a la relación de Borges con Buenos Aires como la relación de un escritor con la ciudad que no deja de sorprenderlo. Esa continua sensación la tendría siempre. Sólo Vázquez de entre los autores escogidos toma a esta división entre vida y obra como algo especial.
Los lugares que se han nombrado al principio del texto se mezclan y generalmente ninguno de los lugares que se nombran en su vida aparecen en su obra, y viceversa, a excepción de la Biblioteca Nacional y en alguna medida la Plaza San Martín. La ciudad de Buenos Aires le ha dado las características especiales para poder dar rienda a su mitología de bravos y compadritos.
Respecto a este tema y la diferenciación de una ciudad de Borges y otra literaria, conviene citar las siguientes palabras que Borges dictó en una conferencia hecha en Madrid el 24 de abril de 1973: "Tengo opiniones políticas que he definido siempre; soy conservador, soy hombre de la revolución de 1955. No he sido nunca nacionalista, no soy antisemita, no soy comunista, no soy nazi, etc. Pero eso no tiene nada que ver con lo que yo escribo. Yo no aspiro a escribir fábula, ya que la fábula quiere enseñar algo a alguien. Yo mismo no estoy seguro de poder enseñar a nadie, ni siquiera a mí mismo.". En esta cita se hace una diferenciación clara entre él y su obra. ¿Por qué es factible pensar que la Buenos Aires que él ha caminado sea la misma de sus obras? Respecto a esto, refiero la siguiente cita aparecida en esa revista Ñ de donde saque las referencias al texto de María Esther Vázquez. El autor es Jorge Fondebrider. Dice: "Ramón Gómez de la Serna, después de leer "Fervor de Buenos Aires" se preguntó si ese Buenos Aires de Borges existía, pregunta que ya había sido contestada con Enrique Díaz Canedo cuando señaló que el Buenos Aires de Borges es suyo sólo". A propósito de otro libro de Borges, Leopoldo Marechal decía que con las calles, los patíos o las casas, había "fabricado un pequeño universo".
La obra de J.L.B. tiene en Buenos Aires ese espacio en el que se ha vivido, escrito, imaginado y depositado toda su obra. Y ahí radica el error de la mayoría de los ensayistas: creer que todo eso lo vivió una sola persona. Era otro Borges el de la ficción; es otra ciudad llamada Buenos Aires.
Inevitablemente esta confusión es el triunfo de la literatura por sobre la vida.

martes, 11 de mayo de 2010

La obra de Borges


Esta entrada a diferencia de otras no me permite relacionar lo que voy a decir con la ciudad de Buenos Aires con la obra borgeana. Pero creo que por lo menos (para mi) es necesario mostrar el panorama en el cual se muestra el debate sobre las críticas tan seguidas que se le hicieron a María Kodama respecto no solo a la obra de Borges que permanece en sus manos sino tambien en la difusión de ciertos detalles públicos sobre él que no hacen ni a su obra y ni siquiera a su biografía.
Cuando se realizo la bienal Borges-Kafka en la ciudad de Buenos Aires, acaso con afan publicitario, Kodama realizó una serie de entrevistas a distintos medios respecto a la seguida corriente de críticas a la que es expuesta debido a una serie de textos que ha editado como además de los continuos juicios que inicia ante supuestas difamaciones. Las más llamativas, al menos para mí, fueron dadas a Veintitres (entrevista que fue nota de tapa) y a Para Tí. Los temas de ambos fue basicamente el mismo, mostrar a Borges desde lo íntimo, desde el ambito privado, sus gustos musicales, anecdotas, etcétera. Más allá de algunas cosas curiosas (omitiré mi opinión respecto que a Borges le gustaba Pink Floyd sencillamente porque no hace al blog ese supuesto "gusto")se volvió a hablar sobre los derechos de la obra del amigo Jorge Luis.
Destaco esta declaración de Kodama a Para Tí: "Dediqué mi vida a Borges. Y 23 años después de muerto, yo sigo con él. Son ellos los que quieren usurpar: si la obra de Borges estuviese en sus manos la habrían vendido al mejor postor. Yo soy un espejo de su odio y su resentimiento: vuelcan en mi lo que ellos tienen, y ven en mi lo que son. Ergo: se detestan. Cuando me dicen la Yoko Ono de la literatura me da una infinita pena. Demuestra su machismo y su xenofobia. (...) Si se lo traslada a la historia, la conclusion es que se está contra lo diferente, que es justamente la contradicción absoluta de lo que fue Borges. (...) Ellos no pueden soportar la libertad del otro y que, además, yo no haya sido alguien que pudiera manejar"
Lo dicho por ella no deja sino alguna inquietud por lo menos de parte del que escribe. ¿Quién es el mejor capacitado para manejar la obra de Borges? ¿Un hombre como Alejandro Vaccaro que ha sido denunciado por Kodama de querer vender 23 falsos textos manuscritos de Borges en España? ¿O Kodama, quién ha publicado los libros que Borges no quería reeditar ("El tamaño de mi esperanza", "Inquisiciones", "El idioma de los argentinos") y luego edita libros con los textos dispersos a lo largo de 70 años de producción borgeana?
Es muy simple preguntarse qué haría Borges en una situación similar. Pero indagando en su obra, pero también en el amor declarado a la literatura quizas la respuesta no sea tan difícil de encontrar. Sabiendo que Borges era aquel que se jactaba más de lo que leía que de lo que escribía y de que la literatura no era para él un asunto menor, quizas convenga que la obra permanezco bajo dominio público, no solamente para evitar todo este tipo de rencillas judiciales que dejan horribles sabores de boca no solo para los litigantes como también a los lectores, sino que de ese modo el acceso público a la obra del autor que más ha contribuido a la literatura argentina permitiría abrir un abánico de perspectivas positivas para el futuro de la sociedad y de la literatura misma.
Ni Kodama, ni Vaccaro o "Ellos" como la viuda dice son, creo yo, ejemplos para llevar adelante ese tipo de responsabilidad que es el de cuidar una obra entera de un autor. Entiendo y valoro la creación y los proyectos de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, pero eso no hace sino limitar la literatura que nuestro autor ha creado a un grupo de personas que sí puede leerlo sea por gustos literarios formados o por condición económica saludable. Pocos lugares como internet permiten el acceso a la obra de Borges (en su mayoría). En ese acceso debe radicar el principal objetivo de aquel que tenga los derechos de autor de un escritor extinto: la posibilidad de acercar a los que no pudieron ni pueden del mejor modo el registro de una literatura. Por estas limitaciones (económicas acaso, políticas acaso) se sigue considerando a Borges como un escritor "difícil". Dudo mucho que él sea un escritor de ese rango, sino que el acceso a sus libros es complejo pero no imposible de llevar. Una reforma de ese tipo puede llevarse a cabo tranquilamente; luego, los recuerdos, las intimidades de el escritor, colmaran páginas de revistas debidamente a su antojo.
Porque el acceso a su obra es necesario, no a sus intimidades.

martes, 23 de marzo de 2010

"Borges por él mismo": un disco

En alguno de los primeros posts que publicamos en este blog hemos puesto una referencia a una serie de grabaciones que Borges realizó en 1967 para un disco llamado "Borges por él mismo". Eran 18 poemas que incluían unos muy antiguos como "El General Quiroga va en coche al muere" como algunos muy breves como "Le Regret D'Heraclite" de apenas dos versos.
En ese link estaban a su disposición la pagina de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges que dejó los audios de ese mismo disco. Ese Long play de casi 45 minutos se editó en 1967 como ya dijimos pero hubo posteriores reediciones, incluso hubo una en cd de hace casi 3 años. Pero hoy se encuentra totalmente descatalogado.
Quizás no sea nuestro animo el dejar discos descatalogados, para eso se encarga el que a mi juicio es el mejor blog musical de toda latinoamérica, administrado por Danito losquenoseconsiguen.blogspot.com pero lo que sí queremos hacer es dejar este trabajo muy difícil de conseguir de nuestro amigo Borges ya no tanto para que sea escuchado desde una maquina sino para que se pueda conservar en los formatos que se desee.
Este es el link de acceso a ese disco

http://freakshare.net/files/rmjs4q0s/BorgesElMismo.rar.html

Aca hay algunas portadas que tuvo ese disco






Por último, una anécdota que le ocurrió a Borges y a el productor de este disco, el notable poeta y librero Héctor Yánover. Se cuenta que desde un principio Yánover quería incluir en el LP el poema "Fundación Mítica de Buenos Aires", del que ya hablamos en otra ocasión. El se lo propuso a Borges y él lo rechazó diciendo que no valía la pena recitar un poema tan viejo, que no le iba a gustar a nadie, etc. Pasaban los días y Borges seguía rechazando la propuesta de Yánover. Cuando fue el día de la grabación,porque el disco se grabó en un solo día, Yánover se le acercó a Borges y le dijo: "¿Sabe por qué le pedí el poema, Borges? Me lo pidieron de la grabadora" Lo cual era mentira. Borges, entonces, recapacitó y le dijo: "Ah, mire, yo de esas cosas no entiendo, así que mejor se lo grabo".

Disfrutenló.

lunes, 15 de marzo de 2010

Borges y Macri

Decidido a querer dar cuenta de todo aquello que relacione la obra de Borges y la ciudad de Buenos Aires, me veo en la obligación de escribir sobre un proyecto que se ha llevado a cabo hace dos semanas por iniciativa del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que es la de llevar varios libros de J.L.B. a 15 cafés de importancia. La propuesta, llamada “Yo leo en el bar”, presentada por el Ministro de Cultura, Hernán Lombardi, la viuda y albacea literaria de Borges, María Kodama y la actriz Ingrid Pellicori, quien se encargo de recitar poemas, tiene el objetivo de alcanzar estos textos a la población desde los espacios públicos.
En esta dirección podrán ver la noticia con la respectiva cantidad de libros escogidos y los cafés en donde se encuentran.

http://www.buenosaires.gov.ar/areas/cultura/al_dia/lectura_bar_10.php?menu_id=20277

En un principio, tomando en cuenta el simple hecho de la noticia, es decir, promocionar la obra de Borges (bastante promocionada ya) en los cafés para “acercarla” a la población, uno podría comentar con absoluta inocencia: “Está bien, llevar los libros a un espacio como un café, donde pasa mucha gente, que en vez de leer el diario leen algún poema o algún ensayito”. Pero situándonos en un aspecto social, incluso político, llevar la obra de Borges solamente a los cafés ofende a Borges desde el placer mismo de leer. Un lugar como un café es de estadía breve, es un centro de distensión de las obligaciones laborales y sociales, para luego (repuesto) volver a insertarse en el sistema al cual está transitando. La lectura, el ejercicio de la lectura y el placer que genera la lectura requieren de un esfuerzo particular. Comprender, por ende, la obra de Borges no va a llevar el tiempo que requiera un capuchino o comerse un tostado. La lectura requiere de espacios de concentración como una biblioteca. Pero para eso están afortunadamente las buenas cantidades de bibliotecas en la ciudad de Buenos Aires. Llevar a un café la obra completa de Borges implica pensar que en algún momento llevarán estos textos a un spa o a un gimnasio. Hace un par de años hubo una iniciativa del Estado para llevar a los estadios cuentos de fútbol de Osvaldo Soriano, Roberto Fontanarrosa o Eduardo Sacheri. Duró un solo campeonato.
El llevar adelante proyectos culturales implica llevar además una coherencia especial. En una institución como el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, un proyecto cultural debe necesariamente abarcar a toda la población porteña para su realización. A mí me toca cruzar la ciudad y puedo asegurar (están los comentarios para decir si están de acuerdo o no) que cada vez hay menos personas en los cafés: o sea, sólo una mínima parte de los millones de habitantes de la ciudad tienen ese acceso a leer. Si lo leen, bienvenido sea. El actual gobierno de Mauricio Macri , aparte de llevar con sincero fracaso todo lo que se propone, tiene problemas muy graves en el aspecto cultural, de los cuales el Teatro Colón y el Complejo Cultural San Martín son ejemplos claros. El acceso a una cultura musical o literaria tiene que estar limitado a todos los habitantes, repito. Y a nadie más que ellos. El principal, o uno de los principales problemas de Macri, desde la cultura es el tema Educación (Sí, la educación es cultura), con los constantes y justificados paros docentes por un mejor salario y una mejor educación para los chicos, para así prevenirlos de todo aquello que los medios de comunicación quieren inculcar con afán de mercado. A esos chicos, los maestros no van a poder otorgarles el placer de la lectura o el placer de leer a Borges sencillamente porque no tienen acceso, y no por limitaciones mentales sino por limitaciones políticas. Ellos no acceden porque no conviene que se acerquen a esos autores. Sin embargo, alguien que va a un cafecito y se toma un capuchino puede darse el lujo (si quiere) de leer un poema, un cuento o un ensayo de J.L.B. Es decir, la obra de nuestro autor está cada vez más restringida. Desplazada a campos de acción social cada vez más específicos. Probablemente se me diga que el café es el ícono representativo del ambiente intelectual de la ciudad. Sí, lo es. Pero, ¿solamente los intelectuales pueden leer a Borges? La necesaria inserción de un nuevo método de estudio, que incentive a los chicos no a ser mejores y a competir con sus semejantes sino a ser mejores personas y a dar lo mejor de sí para mejorar el mapa social en que vive, incluso en la lectura, es el deber de una clase política coherente y en verdad popular. Mientras tanto sigamos así, el acceso a la obra de Borges (necesaria para entender los intrincados laberintos del alma humana; útil para aprender las riquezas del idioma castellano; imprescindible para fomentar el hábito de la lectura y la escritura) va a seguir siendo custodiada por manos elegidas por su condición de clase, y no por manos que busquen encontrar una ficción para seguir viajando.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Regalo de fin de año

No acostumbramos a poner links de desacarga de discos en el blog pero como es fin de año podemos permitirnos un regalo a todos aquellos que lo deseen y que por diversos motivos (sobretodo económicos) no pueden tenerlo. Directamente vinculado con nuestra anterior entrada en donde quisimos explayarnos sobre el tango en la obra de Borges aquí regalamos a nuestros visitantes el mítico disco que grabara Astor Piazzolla con poemas de J.L.B. Se llama "El Tango". No solo se destaca la música y la letra en este discos. Músicos talentosísimos como Kicho Díaz, Antonio Agri, José Bragato, Jaime Gosis se encuentran sumados a la necesaria voz de Emundo Rivero y las recitaciones de parte del gran actor Luis Medina Castro.
Un regalo y que lo disfruten.




Les dejamos el link:

http://linkseguro.com.ar/r/?r=ui53&v=1

Y como extra de fin de año: Un poema del primer libro de Borges, "Fervor de Buenos Aires", intitulado justamente 'Final del Año'.


Final del año

Ni el pormenor simbólico
de reemplazar un tres por un dos
ni esa metáfora baldía
que convoca un lapso que muere y otro que surge
ni el cumplimiento de un proceso astronómico
aturden y socavan
la altiplanicie de esta noche
y nos obligan a esperar
las doce irreparables campanadas.
La causa verdadera
es la sospecha general y borrosa
del enigma del Tiempo;
es el asombro ante el milagro
de que a despecho de infinitos azares,
de que a despecho de que somos
las gotas del río de Heráclito,
perdure algo en nosotros:
inmóvil.


Feliz Año a todos desde Matrixdadatos!!!

domingo, 13 de diciembre de 2009

El Tango de Borges

Siempre hemos de recalcar en este blog, hasta que sea necesario, que no nos interesa en absoluto tratar con la vida de Borges para justificar tal o cual párrafo de tal o cual texto. Para eso existen buenos y malos analistas o críticos. En nuestro caso particular nos interesa unicamente la obra de Borges en relación a la ciudad de Buenos Aires, y relacionarla desde los elementos de la web 2.0. Si bien hemos frecuentado en alguna ocasión sobre los lugares que nuestro amigo ha recorrido siempre ha sido en consideración a su obra. En este caso, vamos a tomar un aspecto biográfico para luego tomar directamente a su obra. El tema es el Palermo del cuchillo en el que se crió.
En reiteradas oportunidades y de diversas formas (ensayos, poemas, cuentos, entrevistas, etc.), Borges destacó a su niñez como la época de su vida en donde afuera de las casas, más allá de la vasta biblioteca inglesa de su padre, abundaban los cuchilleros y los nombres de jerarquía en el ámbito malevo, como Juan Muraña por ejemplo. Producto de la nostalgia, o de un deseo de nostalgia, Borges editó en 1965 por Emecé un breve volúmen de poemas ("milongas")titulada "Para las seis cuerdas". Son once composiciones que recuerdan nombres, sucesos y vislumbran una forma de entender al viejo Palermo como el barrio que Borges transitó. Varios de estos poemas ("milongas")Astor Piazzolla los musicalizó en un sublíme disco titulado "El Tango" que editó en el mismo año que se editó "Para las seis cuerdas".
Este es un libro especial en la vida de Borges porque es la primera vez que acondiciona su literatura para conformidad de la música y el gusto popular. Aunque es sabido que a nuestro amigo no le gustaba el tango como hoy se lo conoce o disfruta. A él le gustaban las milonguitas propias de burdel, el primer tango de todos, ese tango prostibulario bailado por hombres o sino por los malevos y las putas. Adolfo Bioy Casares rescata en un libro de conversaciones algunos de los tangos que a Borges le gustaba: "El Choclo", "El serrucho" o "El Apache Argentino", etc. Cuando oía alguno de estas obras, decía Bioy, Borges gritaba "¡Viva la patria!". Puede entenderse que a él le gustaran estos tangos, pero también se puede justificar: la eclosión del tango-canción inaugurado por "Mi noche triste" en 1913 venía de una aceptación del tango como música y estilo bailable ni más ni menos que en París, pero al ser por fin aceptado en la sociedad argentina, la necesidad de acceder a todo tipo de público permitió hacer arreglos especiales y a imponer nuevos temas a los tangos que sean accesibles a todos y no a unos meros clientes de burdel. Ese tango que vino después, a Borges no le gustó porque ya no lo representaban los temas nuevos: ni el hombre sensiblero, rencoroso, mujeriego, etc. Volviendo a "Para las seis cuerdas", Borges editó un breve volumen de poemas ("milongas")que al ser musicalizadas debían rescatar ese viejo tango de burdel. Aunque hay una salvedad: esos tangos no hablarán de sexo como se generalizaba anteriormente, sino de la vieja estirpe de Palermo, habitado en los nombres de los personajes ilustres y su hombría: Francisco Paredes, Juan Muraña, Jacinto Chiclana,etc. En algun momento dijimos que Borges editó este libro por nostalgia o por deseo de nostalgia. Si él vivió esa época ¿por qué desearía ser nostalgioso? Es aquí en donde entran dos puntos escenciales de su obra: la muerte y el valor.
La muerte es un tema muy recurrente en la poesía de Borges. Ejemplos de ella podemos encontrar desde "El general Quiroga va en coche al muere" hasta "El remordimiento" y más allá también. El toma a la muerte o al recuerdo de personas cercanas o no, para rescatar el recuerdo del fatal olvido inmerecido. Quizas no sea tanto el tema de la muerte sino el de los muertos el tema que se impone: los que no habitan este mundo pero que se imponen en Borges bajo una presencia necesaria en su vida. Aunque no son solamente aquellos que guardan un buen recuerdo en la memoria del poeeta, sino también esos personajes que le generan un profundo rencor: tal es el caso de "Rosas", uno de sus primeros poemas. La muerte, o los muertos, en Borges, son figuras destacadas erigidas por el yugo de sus ideas, que confrontan o se alínean con el poeta para que él se descubra. Los muertos lo ayudan a entenderse. Por eso, al escribir sobre la muerte de su madre decía lo siguiente:

"He cometido el peor de los pecados
que un hombre puede cometer. No he sido
feliz. Que los glaciares del olvido
me arrastren y me pierdan, despiadados
."

(Sobre este poema alguna vez Antonio Carrizo le dijo que era muy tanguero en cuanto a su melancolía)
Los muertos, la muerte, o la ausencia de los vivos traman sobre él una doble pregunta sobre la cuál indagará durante toda su obra: qué queda de mí en los muertos, y qué queda de los muertos en mí.
El valor es el segundo punto. Ligado con el tema de la muerte, Borges lo toma como referencia indispensable para la vida. Todos los muertos (o casi todos) a los que el poeta les camta son aquellos que se destacan por una lucha en especial: el coronel Francisco Borges, su madre, y ya más cercano en el tiempo, los mismos soldados que combatieron en las Islas Malvinas sea en el bando argentino como inglés. Para esto, invito a releer esos bellísimos poemas incluídos en el último libro que escribió, "Los Conjurados". Como planteo, Borges toma al valor, o en su caso la falta de valor, para cantar a aquellos que sí lo han tenido a traves de sus hazañas. Y no solamente desde el bando de los cuchilleros, sino también desde la misma mitología anglosajona, el "Martín Fierro",su bisabuelo vencedor en Cepeda. La literatura, pienso yo, terminó siendo el refugio en donde él podía enfrentar a la muerte o a los embates de la vida de una forma sagaz. "El hombre de la esquina rosada", con ese sensacional final, podría ser un ejemplo de lo que digo. El valor ha sido para Borges una carencia, pues el serio caracter de la vida ante un cuerpo tímido lo derrotó. Y así como los chicos se miran al espejo para imaginar que tienen músculos y así derrotar al malo del grado para lograr un beso de la chica a la que secretamente aman, Borges vió en la literatura el refugio para enfrentar a las peores cosas de la vida.
Esto se relaciona invariablemente con "Para las seis cuerdas" pues esos dos puntos navegan en la obra constantemente. Mostrado como una obra conceptual, "El Tango", el poema que abre el libro(y el disco de Piazzolla), se manifiesta como una obertura desde la cuarteta inicial:

"¿Dónde estarán?, pregunta la elegía
de quienes ya no son, como si hubiera
una región en donde el Ayer pudiera
ser el Hoy, el Aún y el Todavia
."

Borges dice que es ahí, en el libro en donde esas voces se encuentran. No es poco entonces la presencia de los nombres como una fuerte cita. Como si esos mismos personajes nos invitaran a conocerlos. En ellos está el valor y la muerte para rendir tributo a su infancia como a su barrio. El mismo Borges sabía que ya no iba a poder ser tanvaliente como ellos (tenía 66 años y estaba ciego) por lo que tomo una actitud que, si bien menor, servía para rescatar a esos personajes del olvido: la literatura. Entendió que la historia necesita ser escrita por alguien, pero así como los juglares también cantaban las proezas de las batallas y sus guerreros, Borges vió en la música y más precisamente en ese viejo tango prostibulario la cifra exacta de su homenaje. Y así como los anglosajones tenían su mitología, Borges que su barrio Palermo también la merecía.
Oigamos en la voz de Borges, "Milonga de Jacinto Chiclana", como acercandonos a la historia.



Está en ustedes gritar o no "¡Viva la Patria!".