jueves, 21 de octubre de 2010

Los derechos de Borges

Ultimamente el blog se ha añadido otra faceta partícular: La idea de acercar a Borges como contrapartida a la tan difundida axioma de que nuestro artista es un escritor-para-unos-pocos. Quizas por ese mismo motivo me veo no obligado pero sí en la necesidad de querer mostrar mi absoluto desacuerdo con la venta de los derechos totales de los más de 50 libros de Jorge Luis Borges a manos de su albacea y viuda, María Kodama, a la editorial Random House Mondadori por la suma de U$S 2.000.000, aprovechando para eso la Feria del Libro de Frankfurt. Si quieren ver más detalles de esa transacción, les dejo este link para que lo lean.

http://www.cronista.com/notas/248598-por-dos-millones-euros-la-obra-borges-cambia-editorial-emece-random-house-mondadori

No es que me afecte en particular la decisión de Kodama. Tampoco creo que la editorial Random House Mondadori tenga derechos a tener los derechos de Borges (valga la redundancia), pero lo que más me afecta, es que todo esto sea simple consecuencia de la economía. Mondadori ofrecio 700.000 dolares más que Emecé, (editorial que publicaba desde 1970 las obras de Borges) y con eso convenció a Kodama. Estamos hablando solamente de plata. Solo eso fue suficiente para dejar de lado algo tan tradicional en el mercado editorial argentino, asociar a Emecé con Borges.
¿El dinero efectivamente va a hacer más famoso a Borges o va a hacer más rica a Kodama?
Cuando leía esta noticia no puedo dejar de sentir cada vez más apego a la idea de que la obra de Borges debe estar bajo dominio público. No hay motivo para negarse a esa propuesta. Sinceramente en estas situaciones no me importa saber qué hubiese dicho Borges. Quizas sería alguna ironía. A lo que me refiero es que la obra de Borges abarca mucho de nuestra vida literaria, sobre todo para los que amamos la literatura como una forma de protección ante los embates de la vida. La obra de Borges permitió pensar a la Argentina desde un lugar particular. La obra de Borges permitió que la literatura argentina siga expandiéndose, permitiendole sobresalir más allá de los límites geográficos.
No hay motivo para negarse. La literatura es más que una suma de papel y lapicera. La literatura no es el negocio económico que se esconde detras de los derechos de Borges.
Lo que me indigna es que en este tipo de transacciones, la literatura se reduzca a una mera cifra capitalista, manejada por los intereses mezquinos de los que negocian.

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