No acostumbramos a poner links de desacarga de discos en el blog pero como es fin de año podemos permitirnos un regalo a todos aquellos que lo deseen y que por diversos motivos (sobretodo económicos) no pueden tenerlo. Directamente vinculado con nuestra anterior entrada en donde quisimos explayarnos sobre el tango en la obra de Borges aquí regalamos a nuestros visitantes el mítico disco que grabara Astor Piazzolla con poemas de J.L.B. Se llama "El Tango". No solo se destaca la música y la letra en este discos. Músicos talentosísimos como Kicho Díaz, Antonio Agri, José Bragato, Jaime Gosis se encuentran sumados a la necesaria voz de Emundo Rivero y las recitaciones de parte del gran actor Luis Medina Castro. Un regalo y que lo disfruten.
Y como extra de fin de año: Un poema del primer libro de Borges, "Fervor de Buenos Aires", intitulado justamente 'Final del Año'.
Final del año
Ni el pormenor simbólico de reemplazar un tres por un dos ni esa metáfora baldía que convoca un lapso que muere y otro que surge ni el cumplimiento de un proceso astronómico aturden y socavan la altiplanicie de esta noche y nos obligan a esperar las doce irreparables campanadas. La causa verdadera es la sospecha general y borrosa del enigma del Tiempo; es el asombro ante el milagro de que a despecho de infinitos azares, de que a despecho de que somos las gotas del río de Heráclito, perdure algo en nosotros: inmóvil.
Siempre hemos de recalcar en este blog, hasta que sea necesario, que no nos interesa en absoluto tratar con la vida de Borges para justificar tal o cual párrafo de tal o cual texto. Para eso existen buenos y malos analistas o críticos. En nuestro caso particular nos interesa unicamente la obra de Borges en relación a la ciudad de Buenos Aires, y relacionarla desde los elementos de la web 2.0. Si bien hemos frecuentado en alguna ocasión sobre los lugares que nuestro amigo ha recorrido siempre ha sido en consideración a su obra. En este caso, vamos a tomar un aspecto biográfico para luego tomar directamente a su obra. El tema es el Palermo del cuchillo en el que se crió. En reiteradas oportunidades y de diversas formas (ensayos, poemas, cuentos, entrevistas, etc.), Borges destacó a su niñez como la época de su vida en donde afuera de las casas, más allá de la vasta biblioteca inglesa de su padre, abundaban los cuchilleros y los nombres de jerarquía en el ámbito malevo, como Juan Muraña por ejemplo. Producto de la nostalgia, o de un deseo de nostalgia, Borges editó en 1965 por Emecé un breve volúmen de poemas ("milongas")titulada "Para las seis cuerdas". Son once composiciones que recuerdan nombres, sucesos y vislumbran una forma de entender al viejo Palermo como el barrio que Borges transitó. Varios de estos poemas ("milongas")Astor Piazzolla los musicalizó en un sublíme disco titulado "El Tango" que editó en el mismo año que se editó "Para las seis cuerdas". Este es un libro especial en la vida de Borges porque es la primera vez que acondiciona su literatura para conformidad de la música y el gusto popular. Aunque es sabido que a nuestro amigo no le gustaba el tango como hoy se lo conoce o disfruta. A él le gustaban las milonguitas propias de burdel, el primer tango de todos, ese tango prostibulario bailado por hombres o sino por los malevos y las putas. Adolfo Bioy Casares rescata en un libro de conversaciones algunos de los tangos que a Borges le gustaba: "El Choclo", "El serrucho" o "El Apache Argentino", etc. Cuando oía alguno de estas obras, decía Bioy, Borges gritaba "¡Viva la patria!". Puede entenderse que a él le gustaran estos tangos, pero también se puede justificar: la eclosión del tango-canción inaugurado por "Mi noche triste" en 1913 venía de una aceptación del tango como música y estilo bailable ni más ni menos que en París, pero al ser por fin aceptado en la sociedad argentina, la necesidad de acceder a todo tipo de público permitió hacer arreglos especiales y a imponer nuevos temas a los tangos que sean accesibles a todos y no a unos meros clientes de burdel. Ese tango que vino después, a Borges no le gustó porque ya no lo representaban los temas nuevos: ni el hombre sensiblero, rencoroso, mujeriego, etc. Volviendo a "Para las seis cuerdas", Borges editó un breve volumen de poemas ("milongas")que al ser musicalizadas debían rescatar ese viejo tango de burdel. Aunque hay una salvedad: esos tangos no hablarán de sexo como se generalizaba anteriormente, sino de la vieja estirpe de Palermo, habitado en los nombres de los personajes ilustres y su hombría: Francisco Paredes, Juan Muraña, Jacinto Chiclana,etc. En algun momento dijimos que Borges editó este libro por nostalgia o por deseo de nostalgia. Si él vivió esa época ¿por qué desearía ser nostalgioso? Es aquí en donde entran dos puntos escenciales de su obra: la muerte y el valor. La muerte es un tema muy recurrente en la poesía de Borges. Ejemplos de ella podemos encontrar desde "El general Quiroga va en coche al muere" hasta "El remordimiento" y más allá también. El toma a la muerte o al recuerdo de personas cercanas o no, para rescatar el recuerdo del fatal olvido inmerecido. Quizas no sea tanto el tema de la muerte sino el de los muertos el tema que se impone: los que no habitan este mundo pero que se imponen en Borges bajo una presencia necesaria en su vida. Aunque no son solamente aquellos que guardan un buen recuerdo en la memoria del poeeta, sino también esos personajes que le generan un profundo rencor: tal es el caso de "Rosas", uno de sus primeros poemas. La muerte, o los muertos, en Borges, son figuras destacadas erigidas por el yugo de sus ideas, que confrontan o se alínean con el poeta para que él se descubra. Los muertos lo ayudan a entenderse. Por eso, al escribir sobre la muerte de su madre decía lo siguiente:
"He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer. No he sido feliz. Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados."
(Sobre este poema alguna vez Antonio Carrizo le dijo que era muy tanguero en cuanto a su melancolía) Los muertos, la muerte, o la ausencia de los vivos traman sobre él una doble pregunta sobre la cuál indagará durante toda su obra: qué queda de mí en los muertos, y qué queda de los muertos en mí. El valor es el segundo punto. Ligado con el tema de la muerte, Borges lo toma como referencia indispensable para la vida. Todos los muertos (o casi todos) a los que el poeta les camta son aquellos que se destacan por una lucha en especial: el coronel Francisco Borges, su madre, y ya más cercano en el tiempo, los mismos soldados que combatieron en las Islas Malvinas sea en el bando argentino como inglés. Para esto, invito a releer esos bellísimos poemas incluídos en el último libro que escribió, "Los Conjurados". Como planteo, Borges toma al valor, o en su caso la falta de valor, para cantar a aquellos que sí lo han tenido a traves de sus hazañas. Y no solamente desde el bando de los cuchilleros, sino también desde la misma mitología anglosajona, el "Martín Fierro",su bisabuelo vencedor en Cepeda. La literatura, pienso yo, terminó siendo el refugio en donde él podía enfrentar a la muerte o a los embates de la vida de una forma sagaz. "El hombre de la esquina rosada", con ese sensacional final, podría ser un ejemplo de lo que digo. El valor ha sido para Borges una carencia, pues el serio caracter de la vida ante un cuerpo tímido lo derrotó. Y así como los chicos se miran al espejo para imaginar que tienen músculos y así derrotar al malo del grado para lograr un beso de la chica a la que secretamente aman, Borges vió en la literatura el refugio para enfrentar a las peores cosas de la vida. Esto se relaciona invariablemente con "Para las seis cuerdas" pues esos dos puntos navegan en la obra constantemente. Mostrado como una obra conceptual, "El Tango", el poema que abre el libro(y el disco de Piazzolla), se manifiesta como una obertura desde la cuarteta inicial:
"¿Dónde estarán?, pregunta la elegía de quienes ya no son, como si hubiera una región en donde el Ayer pudiera ser el Hoy, el Aún y el Todavia."
Borges dice que es ahí, en el libro en donde esas voces se encuentran. No es poco entonces la presencia de los nombres como una fuerte cita. Como si esos mismos personajes nos invitaran a conocerlos. En ellos está el valor y la muerte para rendir tributo a su infancia como a su barrio. El mismo Borges sabía que ya no iba a poder ser tanvaliente como ellos (tenía 66 años y estaba ciego) por lo que tomo una actitud que, si bien menor, servía para rescatar a esos personajes del olvido: la literatura. Entendió que la historia necesita ser escrita por alguien, pero así como los juglares también cantaban las proezas de las batallas y sus guerreros, Borges vió en la música y más precisamente en ese viejo tango prostibulario la cifra exacta de su homenaje. Y así como los anglosajones tenían su mitología, Borges que su barrio Palermo también la merecía. Oigamos en la voz de Borges, "Milonga de Jacinto Chiclana", como acercandonos a la historia.
Este es un blog, editado por Marianela Garay, Julián Marcel y David Rojas, en el marco de la materia Taller de Procesamiento de Datos, Cátedra Piscitelli Carrera de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 2do cuat. 2008.